COMENTARIO
DE: PABLO BURGOS (REALIZADOR). (2004). LA
CIUDAD BLANCA. DOCUMENTAL
Reconstruir
nuestra Universidad fragmentaria es una tarea ardua, donde los pocos esfuerzos,
e incluso el colosal esfuerzo de los interesados, no pueden pretender salir
bien parados. No es la reconstrucción del paso del tiempo, ni la reconstrucción
de un semblante el logro de La ciudad
blanca. El documental nos reúne en torno a un mismo sentir, pero evitemos
la rabia del romanticismo. Se congrega para que la comunidad se interese. El tema, si se nos permite todavía
hacer uso de esta palabra, encontrándose dentro de los límites de lo que sea la
Universidad Nacional, cito en Bogotá, refleja, despliega aquello que ésta es:
una gran masa informe. La masa informe, la ciudadanía que se cree desamparada
del agente contra el que lucha, el mismo que le ha quitado el cobijo
incondicionado, encarna una esquizofrenia genuina, lo indeterminado. Refleja,
porque el mismo documental nos es arrojado intempestivamente y da prueba de una
promiscua efusividad, la cual quiso ser más hiriente; despliega, porque muestra
desde diversos lugares eso que se aparece como lo que somos y nos identifica:
informidad, o acaso in(con)formidad, y esquizofrenia.
El
documental se seccionó en Los estudiantes, El campus, Movimiento estudiantil,
El tropel, Entre radicalismo y pragmatismo. Estas secciones a su vez se
repiten en la misma secuencia ya enunciada, excluyendo Entre radicalismo y
pragmatismo, uno de los tantos vacíos del documental difícil de enmarcar o
indiscernible por su papel dentro del cuerpo del trabajo. En este sentido, se
trata de reencontrar la Universidad a través de sus actores. Pero sus actores
hacen parte de la misma perplejidad… ¿Qué es la Universidad Nacional? ¿Cómo son
los personajes que juegan los papeles dentro de su escenario?, ¿quiénes son?,
etcétera. Lo cierto, tal vez, es que no existe el punto medio entre los
personajes: o se creen hablando con propiedad sobre los conflictos que nos
atañen, lo ven todo como el vidente y no se dejan hacer sombra por la bota del
fascismo, o son indiferentes y aceptan regaladamente la venda de sus ojos. Más
aun, ellos actúan dentro de un escenario el cual se está conformando y cambia
en su aspecto. Y si hay algo que desea resaltar La ciudad blanca es que construyen junto con su escenario las
escenas. Existen focos donde la actividad explota constantemente, como hay
lugares donde se siente un juicio aislado, licencioso quizá, y una acción
remota por parte de los actores.
Abundan
los mapas y las descripciones de los edificios desperdigados por el campus. Los
mapas se van complejizando a medida que se hacen pasar los años sobre la ciudad
blanca. Ahora, sólo restaría decir, camaradebourgeois(camarada/compañero
burgués), ¡cuánto vale la Universidad Nacional en pesos! Evidentemente interesante y,
más aun, valiosísima y pertinente la pregunta del señor Marco Palacios. ¡Cuánto
vale la Universidad Nacional en pesos!
Quizá ella no sobreviva para contárnoslo, pensarán algunos.
Un
juego. Un policía en medio de enfurecidos estudiantes… intenta defenderse, se
siente solo; huye prevenido, atemorizado y muy lentamente. Pronto, un grupo de
policías antidisturbios divide a los enfurecidos estudiantes – quizá no todos
sean estudiantes, quizá la mayoría no pertenece propiamente al cuerpo, al
batallón o regimiento del estudiantado. Finalmente los enfurecidos estudiantes
corren desperdigados, cagados del susto. ¿Qué decir?, o lo que casi viene a ser
lo mismo: ¿qué pensar de ello? Estamos de acuerdo, es un rito, y además, un
rito catártico como comenta un estudiante de física en el documental. Sin
embargo no queda claro cómo un tropel se distingue de otro, ni qué los
diferencia. Aquel es un mito. Posiblemente el tropel sólo conoce intensidades
enmarcadas en un más o un menos.
Ahora,
no se debe exagerar la nota si se evidencia una semejanza inmensa entre el
tiempo actual y la vida en el campus en el 2004, e incluso, en los años
sesenta. Los cambios sufridos son accidentales, los autores sólo han cambiado
de nombres… aún hay espacio de sobra dentro del libro de los héroes.
Camilo
Salazar
Comentario de: Londoño Botero,
Rocío (Dir.) (2005) La ciudad blanca.
Documental.
“La
Ciudad Blanca”, desarrollado por el seminario de Sociología Urbana II del
segundo semestre de 2004 en la Universidad Nacional de Colombia, es un
documental que busca presentar dicha institución a sus miembros o personas
ajenas a ella, bajo la mirada de quienes tienen o tuvieron contacto con ella a
lo largo de su vida y sin omitir de esta inducción audiovisual uno de los
aspectos más apreciados por la comunidad universitaria desde siempre: su
historia.
El
principal atractivo de este documental es una serie de entrevistas a los
testigos y protagonistas de diversos periodos y acontecimientos representativos
en el marco de la institución, casi siempre acompañadas de documentación audiovisual
de la época. Entre los muchos testimonios, pueden destacarse los de rectores
como Marco Palacios (rector durante el cierre de la cafetería y las residencias
estudiantiles), que habla de la solución que tomó ante el problema de la constante
pérdida de periodos académicos y los resultados que él encuentra positivos en
ese cambio; antiguos estudiantes como Tania Gómez (representante estudiantil
ante el CSU en 1994), que subraya la importante necesidad del estudiante de la
universidad de conocer los problemas de su entorno, y Paul Bromberg (egresado,
profesor de física y alcalde encargado de Bogotá entre 1997 y 1998), que considera
la universidad como “un parque cultural desperdiciado”; y profesores como Otto
de Greiff (profesor de matemáticas fallecido en 1995), que, a juzgar por sus pintorescas
y casi proféticas declaraciones en 1983, estaría asombrado ante el evidente
retroceso exponencial en el uso del idioma por parte del universitario de hoy. A
estos testimonios, se suman las opiniones de los integrantes del nuevo milenio,
que expresan su regocijo de pertenecer a una comunidad de personas
comprometidas con sus responsabilidades, conscientes de su realidad y con la
mente abierta a infinidad de puntos de vista. Además, con la colaboración del
profesor Rodrigo Cortés y apoyados en imágenes de archivo, se exhibe
información acerca de la planeación y construcción paulatina de la universidad.
El
documental en pleno pudo probar en su momento (y es capaz de demostrar hoy día)
una realidad que no es un secreto para nadie, a pesar de los distintos
significados que le fueron otorgados a la misma frase: la universidad siempre
ha estado en crisis. Un estudiante del IPARM considera las revueltas “como un
jueguito”, mientras Antanas Mockus llegó a proponer irónicamente la idea de
hacer revueltas programadas. Los mismos entrevistados hablaron del movimiento estudiantil y de las
diferencias entre los antiguos indignados, junto a sus estrategias de protesta,
y los de hoy. Para sorpresa de cualquiera que haya llegado a hacer esta
reflexión, el crecimiento acelerado de medios de comunicación y el auge de las
redes sociales, ligeramente posterior a la fecha del video, no ha levantado la
idea de represión hacia la oposición política de la que habla el profesor Juan
Carlos Sunuzaga; idea bajo la que pueden cobijarse aquellos que continúan con
el daño a la propiedad pública y los tropeles que siguen viéndose 9 años
después de este documental.
Si
la vida lleva al lector de este comentario a frecuentar la Universidad
Nacional, ver “La ciudad blanca” es un ejercicio instructivo y muy recomendable
para usted. Si usted, al igual que la autora de este comentario, no veía en la
Universidad Nacional otra cosa que el escenario de una etapa más en su vida
personal y profesional, en poco más de una hora de su tiempo, podrá hacerse de
información que le ayudará a comprender un poco mejor las particularidades de
su nuevo contexto, llegar a quererlo como suyo (del modo apropiado y no tanto
del descrito por Ernesto Guhl) y ser partícipe de una bella costumbre de
antaño: el lenguaje oral.
Erika
Mesa Díaz
Lingüística
Comentario de: Londoño Botero, Rocío (Dir.). (2004).
La ciudad blanca. Documental. PostOfficeCowboys. Recuperado de: http://www.youtube.com/watch?v=NxIooi9abCg.
Este
documental trata sobre la sede Bogotá de la Universidad Nacional de Colombia. A
lo largo del documental, el profesor Rodrigo Cortés[1]
muestra la historia y características más relevantes de los principales
edificios del campus. Al mismo tiempo, el documental muestra qué caracterizó a
cada una de las generaciones estudiantiles de la universidad desde los años
sesenta hasta la primera década del siglo XXI desde diferentes perspectivas (estudiantes,
ex rectores, profesores, egresados, diferentes acontecimientos de importancia
en su historia, etc.).
El documental tiene
dos protagonistas que están íntimamente relacionados: la comunidad
universitaria y el campus. Por un lado, el documental pretende formar una
imagen de cómo ha cambiado la comunidad universitaria a través del tiempo en su
forma de pensar, en su forma de proceder y en su interrelación con la sociedad,
incluyendo a los individuos que componen, o componían, dicha comunidad. Por
otro lado, el documental muestra cómo la infraestructura del campus es una
consecuencia de una compleja planeación que se dio a lo largo del siglo XX y de
su importancia patrimonial no sólo en un sentido arquitectónico, sino también
por el hecho de haber sido testigo de gran parte de los hechos en los que ha
estado involucrada esta sede de la universidad.
En general,
las directivas y los egresados concuerdan en que la manera de proceder de los
estudiantes no suele ser la más apropiada y que, a la hora de dar una
iniciativa, éstos carecen de propuestas contundentes; no obstante, considero
importante resaltar el último testimonio presentado en el documental, en el cual
una estudiante afirma que actualmente –en el año de realización del documental-
“lo que identifica a un estudiante de La Nacional es
que tiene un carnet de La Nacional”[2],
pues éste logra esclarecer un poco una de las intenciones –un tanto confusas
por momentos- que pudo llegar a tener la directora del filme: mostrar que la
generación actual de la comunidad estudiantil no es la misma de hace veinte o
cuarenta años, que hay en ésta una mayor variedad y diversidad de pensamiento,
forma de ser y posición política.
Opino que el
filme cumple su propósito como documental: representar de manera informativa un
aspecto de la realidad de la universidad en cuanto a su historia y sus cambios
dentro de la misma; sin embargo, puede llegar a ser confusa por momentos. Esto
debido a ciertas anomalías en la presentación lineal (desde el punto de vista
temporal) de los testimonios[3].
El hecho de que se escuchen las opiniones provenientes de diferentes sectores
–algunos, como en el caso de los directivos y los estudiantes, generalmente opuestos-
hace que la veracidad de lo mostrado en el documental sea más confiable puesto
que deja ver una posición de imparcialidad en quienes realizaron el documental.
Si bien no es
mi documental favorito, estando lejos de serlo por sus inconsistencias estructurales,
opino que es un buen referente para introducirse a la historia de la
Universidad Nacional y destaco su intento por mostrar que el prototipo de
estudiante de la universidad no ha sido el mismo durante toda su historia y
que, de hecho, la comunidad universitaria es un organismo mucho más complejo
que un simple conjunto de estudiantes con una misma ideología política.
David
Felipe Guerrero Beltrán
Estudiante
de Lingüística
Taller
de Comprensión y Producción de Textos I (grupo I)